Yo lo llamo 'antitiempo'. Es el tiempo que te priva del tiempo. Es un tiempo caprichoso.
Este tiempo te deja hacer tantas cosas, tantas cosas que a veces no son cosas para ti. Esos trabajos, esos retoques, esa rutina que te amarra al antitiempo. Esa lucha contra el reloj, y es que al final, uno no tiene todo el tiempo del mundo. Todo el tiempo del mundo le tiene a uno. Ya lo vemos por la calle, esas personas caminando, que parecen programadas, con las carpetas bajo sus brazos. Con los problemas bajo sus brazos. Nosotros tenemos el tiempo, pero el antitiempo te va esclavizando. Y no puedes hacer lo que te hace feliz.
Si hay suerte, si el antitiempo descansa y te da la libertad, esos ratitos en los que estás sentado en un sillón viejo que te pregunta si has terminado ya de trabajar, y tú le respondes que sí, que curiosamente sí, que has terminado antes, que has terminado lo que tenías que hacer, (o al menos el tiempo ha terminado lo que tenía que hacer contigo), en esos ratos, es que se está tan cansado que no puedes hacerte con él. Y esos ratitos se esfuman. Porque en tales momentos de libertad, ¿qué mente cansada es capaz de llevar a cabo algo que requiera tanta atención como los cuentos de Cortázar requieren? Entonces el antitiempo se ríe de ti.
Es una pena que se viva así. En esos momentos, esos ratos libres, abro un libro, leo una página veinte veces, sigo sin enterarme, y me quedo dormida en el sofá viejo que me recordó que el tiempo había ya terminado lo que tenía que hacer conmigo.
Por eso no he escrito sobre Tiempos difíciles, de Charles Dickens, de La Colmena, de Camilo José Cela, de Las armas y otros relatos, de Final del juego, de los cuentos de Cortázar, de esa adaptación literaria de Billy Elliot en francés que leí en otro sofá viejo, por eso no me da tiempo de leer más de dos hojas de Rayuela, de Cortázar, seguidas, sin leerlas veinte veces y no enterarme de nada, sin quedarme dormida porque esta vez es el sueño el que no ha terminado lo que tenía que hacer conmigo.
Y el antitiempo se ríe.
María Domínguez del Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario